El cólico del primer trimestre se caracteriza por episodios de un llanto agudo que parece inexplicable y que altera a un niño que por lo demás parece sano, saludable y tranquilo durante el resto del tiempo. El cólico se inicia generalmente después de las tomas, aunque puede suceder a cualquier hora sin relación con ellas. Es más frecuente durante la tarde o noche y puede durar más de 2 horas.
Estos episodios aparecen a partir de la primera semana de vida y probablemente se extenderán durante los primeros 3 meses de vida con una frecuencia diaria. Pueden acompañarse de movimientos de flexión de las piernas sobre el abdomen, flexión de brazos, apretar los puños, muecas diversas, irritabilidad general y emisión de gas intestinal. El lactante suele consolarse si le cogemos en brazos, a no ser que se le haya dejado llorar durante mucho rato.
Cómo averiguar si el lactante llora más de lo normal
Para poder apreciar si el lactante llora más de lo normal te conviene saber que, en esquema y en cuanto al llanto, hay tres tipos de hábitos normales en los niños:
Los que lloran poco: 25% de casos. Son lactantes que lloran una media de 30 a 60 minutos diarios.
Los que lloran lo normal: 50% de casos. Son lactantes que lloran una media de 90 a 120 minutos al día.
Los que lloran mucho: 25% de casos. Son lactantes que suelen llorar de 2 a 3 horas al día.
El niño tiene más horas de llanto desde la 3ª a la 9-12ª semana, y luego éstas descienden paulatinamente. El periodo de llanto es más frecuente (75% del total) desde las 18:00 a las 8:00 h, y menos frecuente (25% restante) de las 9:00 a las 17:00 h.
¿Cuál es la causa del cólico del lactante?
El cólico del lactante es un trastorno muy frecuente (más del 30% de lactantes lo padecen en alguna medida) de causa desconocida, aunque hay muchos factores que pueden estar implicados en su aparición. El pediatra intentará remediar esta situación y le indicará tratamientos variados hasta encontrar aquél que le vaya mejor.
En algunos casos, el llanto está producido por causas digestivas, la más frecuente de las cuales es la intolerancia a las proteínas de la leche que toma el niño (si toma biberón —la leche está adaptada a partir de la leche de vaca—) o porque la madre ingiere excesivos productos lácteos (si las tomas son del pecho).
Pero en la mayoría de ocasiones existe un aumento en la producción de gas intestinal o una incapacidad para su correcta eliminación. Esto puede deberse, como hemos dicho, a una intolerancia a la lactosa de la leche. Pero casi siempre ocurre por una mala técnica de alimentación, en la que el lactante traga demasiado aire, más el hecho de que pasa muchas horas en posición horizontal en la cuna. También se cree que los cólicos podrían estar causados por un aumento en la producción de algunas hormonas del intestino (motilina, gastrina, etc.) que incrementarían demasiado la frecuencia e intensidad de los movimientos intestinales.
Cómo tratar el cólico del lactante
No hay ningún tratamiento que, aplicado de forma aislada, se haya demostrado que haga remitir los cólicos. Pero hay formas de hacer que la vida sea más fácil, tanto para usted como para su bebé.
En primer lugar, si su bebé no tiene hambre, no intente seguir alimentándolo. En lugar de eso, trate de consolarlo: no estará "malcriando" o "mimando" al bebé por dedicarle su atención. También puede:
Mecerse en una mecedora con el bebé, pasearse llevando en brazos al bebé, probando diferentes posturas.
Intentar hacer eructar al bebé más a menudo durante las tomas.
Colocarse al bebé en el regazo, estirado boca abajo, y frotarle suavemente la espalda.
Colocar al bebé en un columpio o en una sillita provista de vibrador. El movimiento podría tener un efecto reconfortante sobre él.
Colocar al bebé en su sillita de seguridad en los asientos posteriores del coche y darle una vuelta en coche. La vibración y el movimiento del coche suelen tranquilizar a los bebés.
Ponerle música al bebé; algunos bebés responden positivamente al sonido, aparte de al movimiento.
Llevar a bebé a una habitación donde esté funcionando una secadora de ropa, una máquina de ruido blanco o una aspiradora. A algunos bebés les reconforta un ruido de fondo constante y a bajo volumen.
Algunos bebés necesitan una reducción de la estimulación ambiental. A los bebés de dos meses o menos, les puede ir bien que los envuelvan en una manta y los lleven a una habitación que esté en penumbra.
Cuidar de un bebé con cólicos puede ser sumamente frustrante, así que asegúrese de cuidar también de sí mismo. No se culpe a usted ni al bebé por el llanto constante: el cólico no es culpa de nadie. Intente relajarse, y recuerde que su bebé acabará superando esta fase.
Mientras tanto, si necesita desconectar de los llantos del bebé, hágalo. Probablemente sus amigos o familiares estarán encantados de cuidar del bebé cuando usted necesite tomarse un respiro. Si no puede contar inmediatamente con la ayuda de otra persona, no pasa nada si deja un rato al bebé solo en su cuna mientras usted se toma ese descanso antes de intentar consolarlo de nuevo. Si en algún momento tiene la sensación de que se quiere autolesionar o de que podría hacer daño al bebé, deje al pequeño en su cuna y pida ayuda de inmediato. No agite ni sacuda nunca a un bebé.
Si su bebé tiene fiebre igual o superior a 100,4 ºF. (38 ºC), llora durante más de dos horas seguidas, no hay forma de consolarlo, parece no encontrarse bien, tiene diarrea o vómitos persistentes o está menos despierto o alerta que de costumbre, llame al médico de inmediato. También debería llamarlo si no está seguro de si los llantos de su hijo se deben al cólico del lactante o son el síntoma de otra enfermedad.
El Tui-Na
Tuina deriva de las palabras chinas tui –empujar– y na –agarrar–, que son dos de las 80 técnicas utilizadas en este masaje terapéutico ancestral que actúa sobre los meridianos y puntos energéticos.
Con más de dos mil años de antigüedad, es anterior a la acupuntura y es la base de casi todos los masajes, incluido el shiatsu.
Los niños responden muy bien a este tipo de masaje, por lo que es una técnica que se puede aprender a los padres para que estos la aplican cotidianamente a sus hijos sin ningún problema.
Aquí les presentamos dos técnicas que pueden ayudar en los trastornos digestivos y que pueden ser realizados fácilmente sobre el brazo del bebé.
1ª: Empujar Sanguan
Localización: borde radial del antebrazo, sobre una línea que va del pliegue de la muñeca al pliegue del codo.
Técnica: con las pulpas del índice y del dedo mayor juntas, empujar en línea recta partiendo de la cara radial de la muñeca hasta el pliegue del codo. De 100 a 300 veces.
Indicaciones: Dolor abdominal, diarreas, debilidad general, temor al frío, extremidades débiles.
Función: Tonificar el Bazo, reforzar la resistencia del cuerpo y eliminar los factores patógenos y tonificar el Qi primordial. (Funciones en relación con un diagnóstico de la Medicina Tradicional China)
2ª: Amasar-Empujar Banmen
Localización: sobre la parte posterior de la eminencia tenar, a la base del pulgar.
Técnica: con la mano izquierda, sujetar la mano del niño y amasar y trabajar en círculo Banmen y empujar Banmen hacia el pliegue de la muñeca y del pliegue de la muñeca hacia Banmen con la pulpa del pulgar de la mano derecha.
Indicaciones: En caso de trastornos digestivos y de retención de alimentos no digeridos, amasar Banmen. En caso de diarreas, empujar Banmen hacia el pliegue de la muñeca. En caso de vómitos y de indigestión, empujar desde el pliegue de la muñeca hacia Banmen.
Función: Mejora la digestión, estimula el apetito y elimina la humedad-calor del bazo y del estómago. (Funciones en relación con un diagnóstico de la Medicina Tradicional China)
Bibliografía:
https://kidshealth.org/es/parents/colic-esp.htmlhttps://www.dodot.es/recien-nacido/nutricion/articulo/el-colico-del-lactante-del-primer-trimestrehttps://www.dodot.es/recien-nacido/cuidados/videos/masaje-calmante